LA SEGURIDAD COMO VALOR FUNDAMENTAL EN LOS PRIMEROS MESES DEL BEBÉ

La seguridad es un valor clave en nuestro desarrollo como personas. Nos ayuda a tomar decisiones y también consigue que reflejemos una actitud atractiva y seria hacia las demás personas. Es más, nuestro deseo es contar siempre con ella para llevar a cabo todos nuestros sueños. Con seguridad y confianza se llega a cualquier objetivo que uno se marque, sin tener dudas de ningún tipo.

Cuando se es padre, esa necesidad de seguridad se duplica: además de buscar y/o no perder nuestra propia seguridad, durante todo el proceso vital estaremos poniendo de nuestra parte para que nuestros hijos también cuenten con ese valor. De esta manera podrán desarrollarse plenamente como personas en cualquier ámbito y situación con la que se encuentren.

Esa seguridad, en el caso de los hijos, se va fraguando desde la cuna, desde sus primeros momentos en su nueva vida. Los padres queremos que las pequeñas criaturas se sientan felices y queridos desde el primer momento y para ello no tenemos problema en poner todos nuestros medios para que así ocurra, adaptando nuestro estilo y nuestras rutinas de vida a ellos. En el caso de los primeros meses, por ejemplo, para tener una consciencia total del estado del bebé, es muy común el uso de productora que vigila bebés para no perder contacto con él desde ningún espacio de la casa.

LA TEORÍA DEL APEGO EN LOS BEBÉS

Ese interés, pasión y confianza que se muestra al bebé en sus primeros pasos será parte fundamental en la construcción de su personalidad en etapas posteriores como la niñez, la adolescencia y la edad adulta. Junto con sus  cualidades innatas, el bebé desarrollará una serie de cualidades temperamentales relacionadas con las experiencias que viva. Es lo que comúnmente llamamos el apego, creador de la vinculación emocional.

La teoría del apego fue creada por el psicólogo John Bowlby (1907-1990) tras su trabajo en diversas instituciones infantiles privadas. En ella, el psicólogo inglés explica las dinámicas a largo plazo que se crean entre los seres humanos en sus relaciones afectivas, sentimentales y, en definitiva, vitales.

En lo referente al bebé, Bowlby tomaba como principio fundamental que el recién nacido necesitaba desarrollar, al menos, una relación estrecha con uno de sus cuidadores principales. De esta forma, su desarrollo emocional y social se realizaría con normalidad y sin ningún tipo de relación traumática.